Lorazepam es un medicamento perteneciente al grupo de las benzodiazepinas, utilizado principalmente como ansiolítico y sedante. Sin embargo, como cualquier medicamento, puede causar una serie de efectos secundarios que deben ser tenidos en cuenta.
Estos efectos secundarios son los más reportados por los pacientes que toman Lorazepam en dosis terapéuticas. En la mayoría de los casos, son leves y desaparecen una vez que el cuerpo se acostumbra al medicamento.
Estos efectos secundarios requieren atención médica inmediata y, en algunos casos, la suspensión del tratamiento con Lorazepam. Es importante informar a su médico si experimenta alguno de estos síntomas.
El uso prolongado de Lorazepam puede llevar a la dependencia física y psicológica, por lo que se recomienda seguir las indicaciones de su médico respecto a la dosis y duración del tratamiento. La suspensión gradual del medicamento es fundamental para evitar la aparición de los síntomas de abstinencia.
En resumen, Lorazepam puede causar una serie de efectos secundarios, algunos de ellos graves. Es importante estar atento a cualquier síntoma inusual y comunicarse con su médico si experimenta alguna reacción adversa al medicamento. El uso responsable de Lorazepam bajo supervisión médica puede minimizar el riesgo de efectos secundarios y maximizar los beneficios del tratamiento.
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