La pregabalina es un fármaco utilizado en el tratamiento de diversos trastornos neurológicos, siendo uno de los más comunes la neuropatía periférica. Sin embargo, al igual que cualquier medicamento, la pregabalina puede presentar efectos secundarios en algunos pacientes. A continuación, se detallarán los efectos secundarios más comunes asociados con la administración de Pregabalina Normon 150 mg cápsulas duras EFG.

Efectos secundarios comunes

Los efectos secundarios más frecuentes de la pregabalina incluyen:

• Somnolencia
• Mareos
• Aumento de peso
• Visión borrosa

Somnolencia

La somnolencia es uno de los efectos secundarios más comunes de la pregabalina. Muchos pacientes experimentan una sensación de cansancio extremo que puede interferir con sus actividades diarias. Es importante evitar conducir u operar maquinaria pesada mientras se está bajo tratamiento con pregabalina para prevenir accidentes.

Mareos

Los mareos son otra reacción adversa frecuente de la pregabalina. Algunos pacientes pueden experimentar vértigo o sensación de desequilibrio al levantarse rápidamente. Es aconsejable mantenerse hidratado y evitar cambios bruscos de posición para minimizar esta sensación.

Aumento de peso

El aumento de peso es un efecto secundario que preocupa a muchos pacientes que reciben tratamiento con pregabalina. Se sugiere llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente para controlar el peso corporal. En caso de un aumento significativo de peso, el médico puede evaluar la posibilidad de ajustar la dosis del medicamento.

Visión borrosa

La visión borrosa es un efecto secundario relativamente común de la pregabalina. Algunos pacientes pueden experimentar dificultad para enfocar objetos con claridad o visión doble. Se recomienda evitar conducir u realizar actividades que requieran una visión nítida hasta que se resuelva este síntoma.

Es importante tener en cuenta que estos efectos secundarios suelen ser leves y temporales, y tienden a disminuir con el tiempo a medida que el cuerpo se adapta al medicamento. Sin embargo, si los síntomas persisten o se vuelven severos, es fundamental consultar al médico tratante para evaluar la necesidad de ajustar el tratamiento o cambiar a otra alternativa terapéutica.