La risperidona es un fármaco antipsicótico utilizado en el tratamiento de trastornos mentales como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Sin embargo, al igual que otros medicamentos, puede causar una serie de efectos secundarios en los pacientes que lo toman.
Algunos de los efectos secundarios más comunes de la risperidona incluyen somnolencia, fatiga, mareos, aumento de peso y estreñimiento. Estos efectos suelen ser leves y desaparecer después de algunas semanas de tratamiento. Sin embargo, si persisten o empeoran, es importante informar a tu médico.
En casos más raros, la risperidona puede causar efectos secundarios más graves que requieren atención médica inmediata. Estos incluyen movimientos musculares incontrolables, fiebre alta, rigidez muscular, confusión, palpitaciones cardíacas y dificultad para respirar. Si experimentas alguno de estos síntomas, busca ayuda médica de inmediato.
El uso prolongado de risperidona también puede estar asociado con efectos secundarios a largo plazo, como la disminución de la densidad ósea, lo que puede aumentar el riesgo de fracturas óseas en el futuro. Por esta razón, es importante realizar controles regulares con tu médico mientras estés en tratamiento con este medicamento.
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